En este cuadro quise reflejar una mirada de occidente a través de la ventana al mundo de África y a su vez, esos niños se están asomando al nuestro a través de la misma ventana, contrastando la luz de áfrica con la oscuridad de la habitación. Los niños de Mozambique siempre con su sonrisa y curiosidad son el eje de cuadro y se asoman a nuestro mundo.